2022 | Dir. Nicholas Stoller | R | 115 mins. | Universal Pictures
Para mi sopresa y pa’ lo que tiene permitido ser dentro de su género (que no es uno de mis favoritos), Bros (2022) estuvo muy buena, graciosa, emotiva y timely as fuck. Te mantiene en constante risa. Le saca partido a su premisa y a su clasificación “R” a cabalidad, trayendo a la memoria esos raunchy comedies que dominaron el cine la primera década de los 2000. Es bastante accurate al presentar de forma creíble todo aquello a lo que está expuesta una persona queer en la búsqueda de su media mitad, sin olvidarse de ser comedia (burlarse de las cotidianidades) y –más importante aún– de ser totalmente awareness con su temática.
Billy Eichner (American Horror Story) como productor, escritor y protagonista se luce en todas sus facetas. Acierta con lograr el ethos adecuado pa’ provocar risas y emociones al mismo tiempo. Al final, es una también una película romántica y debe cumplir con esa función, lo cual logra. Créanme que sí.
¿Qué si es pa’ todo el mundo? ¿Mi respuesta? Sí. Totalmente.
A través de la historia del cine (y el entretenimiento en general), los personajes de la comunidad LGBTQIA+ han sido relegados a la burla (estereotipo del gay friend o el comic-relief), a la enfermedad (VIH o cualquier otra estigmatización de salud pública) o a sufrir (el coming-out, el amor prohibido, el trauma de no aceptarse/ser aceptado, entre otros). Estos suelen ser los temas que casi siempre imperan y son “aceptados por las masas”. Añadiendo –a su vez– que muchas de las interpretaciones son realizadas por actores y actrices que no pertenecen al espectro arcoiris; historias no-propias ni contadas por quienes de verdad las viven.

¿Saben qué faltó arriba?
La parte de presentar a las personas queers felices. Queriendo reír, amar, ser aceptadas, manifestando su identidad de género como les plazca; siendo humanos. Necesitamos más de esto. Bros será “una película más” que cumple con to’ los check-marks de su tipo, pero su existencia es de mucha importancia.
¿Por qué?
Porque hasta las personas queers merecen soñar y fantasear con su “amor ideal”. Por eso, ser el primer rom-com desu tipo estrenado por un estudio mayor de Hollywood (Universal) es un gran peso, positivamente hablando. Le está yendo mal en taquilla, pero le irá súper bien en la memoria colectiva de todo aquel que se tope con ella, acorde sus creencias e ideologías –o a su vida misma.
No es cuestión de ser wokes o imponer, es cosa de reconocer (y hasta celebrar) la manifestación de algo real y experimentado día tras día por un sector poblacional que merece el mismo valor que los demás. Bros la tiene y es durísimo que exista. Espero y acabe siendo un cult-classic, porque aunque muchos crean que no, la representación SÍ importa.



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