2022 | Dir. Sean Anders | PG-13 | 127 mins. | Apple Studios / Apple TV+

No hay historia Navideña más famosa que A Christmas Carol. Ha sido un hito en la literatura desde su publicación en 1843. El poderío de su narrativa, concepto y eventual popularidad, han inspirado que elementos de la misma sean incorporados a las festividades de la época, incluído revisitar esta historia año tras año. No sabría decir cuántas adaptciones hay del magnum opus de Charles Dickens, pero sí puedo asegurar que lo que le sucedió al viejo “Ebenezer Scrooge”, luego de la visita de los espíritus de la Navidad pasada, presente y futura, es de conocimiento casi universal, y recoge –en esencia–, la “magia” de la época.

Una historia así, difícilmente, puede ser dañada. Su núcleo es perfecto. Por ende, cada adaptación que se hace de la misma tiene que jugar con nuevos elementos que atemperen la fórmula. Este año, eso llega de la forma de Spirited (2022) ¿Y saben qué? A Ryan Reynolds (Deadpool) y a Will Ferrell (Elf) les salió bastante chévere la vuelta.

Esta re-interpretación/secuela de A Christmas Carol moderniza todo el concepto. Atormentar a un alma durante la Navidad para que recapacite es todo un negocio en el más allá y por 200 años, “Jacob Marley” ha sido el espíritu de la “Navidad Presente”. A pesar de verse tentado a hacerlo, se niega a retirarse, por lo que busca a un nuevo candidato para ser visitado por los espíritus de la Navidad. En esas, se topa con “Clint Briggs”, un controversial empresario tachado de “irremediable”. “Jacob” piensa que la influencia de “Clint” puede generar un cambio positivo en el mundo, por lo que se decide que sea su nueva “víctima”. Una vez “Jacob” comienza el “tormento” hacía “Clint”, se va dando cuenta que él también necesita de su propio tratamiento, para así –una vez más–, hallarle un nuevo sentido a su existencia.

Spirited se beneficia mucho de tener a Ryan Reynolds haciendo de Ryan Reynolds por décima vez y a Will Ferrell en pleno modo Navideño. Ambos, tienen un buen timing para la comedia y su combinación es una que le saca provecho a sus virtudes. A su vez, aquí demuestran sus dotes musicales, ya que –como elemento novedoso– Spirited es un musical. Sus canciones fueron compuestas por Benj Pasek y Justin Paul, el dúo detrás de las exitosas canciones de The Greatest Showman (2017) y, más recientemente, Lyle, Lyle, Crocodile (2022). Aquí, nuevamente, queda plasmado su contagioso estilo lirical, con pegajosas composiciones que impulsan a la trama, sumándole el toquecito de irreverancia y humor meta que Reynolds y Ferrell traen consigo (los personajes de la película son los primeros en quejarse cada vez que alguien canta).

Spirited, como película es bien entretenida. Cuenta con varios giros que no son previsibles. Su primera hora es buenísima. Ya entrada en la segunda, se pone un poquito repetitiva, pero no deja caer la idea central de la premisa original en la cual es basada. A través de toda la película sigue estando presente, incluyendo –también– uno que otro momento emotivo.

El tiempo dirá si Spirited merece ser una película a ser re-visitada durante la época navideña. Ciertamente, cuenta con los elementos para ser una versión definitiva entre quienes disfruten su enfoque contemporáneo, lo musical y las interpretaciones de Reynolds y Ferrell. No reinventa la fórmula, pero como dije anteriormente, no hay manera de dañar esta historia. Al final, cumple pa’ pasar el rato. Sea con esta versión o cualquier otra, el eterno mensaje de poder recapacitar, reconciliarse con uno mismo, con los demás y esparcir amor queda validado y nunca estará de más que sea recordado.

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