2023 | Dir. Jean-François Richet | R | 107 mins. | Lionsgate
El tipo de cine que Gerard Butler se está dedicando a hacer apenas se ve en cartelera. Hoy día, son muy pocos los estudios que llevan a la pantalla grande filmes de acción de mediano presupuesto. Pa’ los “80” y los “90”, la historia era otra. Las películas de esta categoría eran la orden del día. Su único fin era entretener. De hecho, el producto final no importaba mucho, siempre y cuando estuviera protagonizado por alguien de renombre y el poster lo mostrara con arma en mano.
Butler no tendrá el status de mega-estrella, pero es uno de los pocos que –continuamente– se sigue desempeñando en películas de esta clase, que cuentan con la bendición de llegar a los cines y no perderse entre el interminable contenido de las plataformas de streaming.
Hay veces que se escocota bien cabrón (Gods of Egypt, Geostorm), pero de cuando en vez consigue elevar más de lo debido alguna que otra cosa (Greenland, Copshop, Den of Thieves). Incluso, saca inesperadas franquicias de la nada cuando tiene la suerte a su favor (Olympus, London, y Angel Has Fallen). Con esto, el eterno “Leonidas” de 300 deja claro que la calidad de los action vehicles que lleva protagonizando por más de 15 años es algo casi secundario. Está jugando (prácticamente solo) en una liga que –de una forma u otra– le está dando resultados. Si no, no estuviera aquí escribiéndoles sobre su más reciente propuesta; el primer estreno de acción del año.
Plane (2023) nos cuenta la historia del capitán “Brodie Torrance”, quien tiene a su cargo un vuelo comercial de Singapur a Hawaii en víspera de Año Nuevo. Lo que parecía ser un viaje de rutina se complica luego que “Torrance” se ve en la obligación de realizar un aterrizaje forzoso en una isla desconocida en la que nada es lo que parece.
Plane no es la película más explosiva del repertorio de Butler, pero tampoco es una que raya en la monotonía. De hecho se “esfuerza” alguito en desarrollar a sus personajes. Más interesante (y sorpresivo) aún, es que el papel de “Torrance” es uno bastante grounded. Las hazañas que realiza pa’ proteger a su tripulación y a los pasajeros cumplen con los requisitos de la trama (y el género en sí), pero no rayan en lo caricaturesco. Esto, es uno de sus pequeños aciertos. ¿Otro de ellos? Compartir el protagonismo con Mike Colter (Luke Cage).

Butler casi se deja robar la película de Colter, quien interpreta a “Louis Gaspare”. Este pasajero no-invitado del vuelo inyecta más adrenalina y testosterona a la vuelta, haciendo que la dinámica entre su personaje con “Torrance” sea una de lo más cheverita.
La dirección del francés Jean-François Richet (Blood Father) está bastante “OK”. Se hubiera beneficiado de tiros más amplios, pero parte de la efectividad de la película recae en sus erráticas y kinéticas tomas, haciendo que todo sea medio rega’o y claustrofóbico, al igual que la situación en la que se encuentran todos los personajes. La secuencia de acción del clímax, en la que to’ el mundo se va full throttle, es la mejor dentro de los 107 minutos de duración.
Por otro lado, merece recalcar que Plane, en su mayoría, fue filmada en Puerto Rico; específicamente en la antigua base militar Roosevelt Roads (Ceiba) y sus áreas montañosas aledañas. Entre tomas “allá” y “acá” logra distinguirse que el relieve y las estructuras son “aquí”. Así sean de lejos, estén abandonadas y suelan ser “en otro lugar” para propósitos narrativos, nuestra Isla siempre logra reconocerse visualmente.

Plane está lejos de ser una película de acción memorable. Tal y como su “original” título, es bastante genérica. Sin embargo, me remontó a esos tiempos en los que uno esperaba a que dieran las 7:00pm para ver el “estreno” que se transmitiría en televisión. Los millenials que, como yo, se criaros viendo canales locales saben de lo que les hablo. Plane, es un throwback a eso, al “buen” entretenimiento desechable.
¿Por mí? Que Butler siga en la suya y sacando más películas así, ya que está llenando un espacio necesario dentro el cine escapista.



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