2023 | Dir. Will Merrick, Nick Johnson | PG-13 | 111 mins. | Sony Pictures

Missing (2023) ha pasado bien low-key por el radar de to’ el mundo. Esta secuela independiente de Searching (2018) estrenó sin hacer mucho ruido, pero eso no implica que no deba estar recibiendo atención.

Missing nos cuenta la historia de “June”, quien se queda sola una semana en su casa mientras su madre, “Grace”, y su jevo nuevo, “Kevin”, se van de vacaciones pa’ Colombia. Cuando “June” los va a recoger al aeropuerto, ninguno de los dos aparecen, lo cual comienza a levantar sospechas. Al pasar los días y no dar rastros, “June” empieza la búsqueda del paradero de su mamá, desencadenando así varias verdades que no resultan ser lo que aparentan.

El atractivo más grande de Missing, al igual que el de su predecesora, es la técnica de “screenlife” que utiliza para contar su historia. Todo ocurre a través de pantallas y cámaras de dispositivos móviles y artefactos electrónicos. De primera instancia, esto parecería ser algo distractivo, pero resulta ser una herramienta narrativa poderosa. De hecho, su ejecución disfraza sumamente bien los convencionalismos de una trama que no para de girar. Cuando crees saber la que hay, ahí viene Missing y te cambia los muñequitos, haciéndote creer que todo es algo “grande” cuando todo resulta ser un enredo que se siente “real” y aterrador.

Missing, también, la pega al invertir el enfoque de la anterior (padre buscando a su hija). Al “June” ser una Gen Z con pleno dominio de la tecnología, le permite a la película en sí adoptar un ritmo más ágil, dinámico y estresante. Storm Reid (Euphoria) interpreta a “June” con mucha genuinidad, transmitiendo varias emociones a la vez sin dejar caer la “coraza” con la cual está ocultando su vulnerabilidad ante lo que le ha tocado –y le está tocando– vivir.

Por otro lado, Missing demuestra lo beneficioso que puede ser el uso de la tecnología e internet, más allá del peligro que puede representar. Los realizadores de Missing lo tienen claro y aciertan en presentar cómo utilizamos actualmente el ciberespacio. “June” no es una víctima por utilizar la internet, sino que la emplea como herramienta para resolver la desaparición de su madre. Lo que sí Missing pone en evidencia es el morbo que generan estos casos criminales. La cobertura excesiva le da “poder” a cualquiera de opinar, suponer o lucrarse con el sufrimiento ajeno a través de videos o lives en las redes sociales. Esto, es algo que se ve a diario y en la vida real. La fascinación puede llegar a ser tanta que se convierte en entretenimiento enfermizo, como se presenta en “Unfiction“, la serie ficticia que está viendo “June” al principio y al final de la película.

Missing, en definitiva, es un thriller PG-13 competente. Se complementa muy bien con la original y hasta la llega a superar en varios aspectos. Su premisa y estilo visual dan paso a que se cuente un intrigante misterio, que se beneficia de sólidos personajes y actuaciones. Más aún, permite –en cierta medida– “reflexionar” sobre nuestra dependencia a la tecnología y el ciberespacio; incluyendo su uso, utilidad y el poder que ejercen en las relaciones interpersonales y las “múltiples vidas” que vivimos a través de la red.

Dénle break que vale la pena.

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