2025 | Dir. Dean Fleischer Camp | PG | 108 mins. | Walt Disney Pictures

Lilo & Stitch (2002) es, sin lugar a dudas, una de las producciones más queridas de Disney. Desde su emotiva historia, su sentido del humor, su singular mezcla de elementos intergalácticos y visibilización cultural, la fantástica animación con fondos en acuarela, su contagiosa música y la hermosa relación entre los personajes titulares, hacen que esta mágica aventura –creada por los titanes Chris Sanders (The Wild Robot) y Dean DeBlois (How to Train Your Dragon)– sea una obra maestra contemporánea que ha trascendido por generaciones.

El núcleo de una historia tan poderosa y atemporal como la que presenta la versión animada es bien difícil de “dañar”, pero para que eso se mantuviese intacto, era indispensable que esta versión no la cagara con los personajes titulares y, afortunadamente, son su mayor virtud. El resultado final del eterno “tierno y esponjoso” retiene la misma caótica energía que lo ha caracterizado y convertido en el favorito, pero si hay algo en donde de verdad sacaron “A” fue en el casting de Maia Kealoha como “Lilo”. Una encantadora chulería en pote.

Aparte del acertadísimo elenco principal, los cambios que sufre esta adaptación, a mi entender, no lastiman el desarrollo de la trama, aunque sí podrían mejorar con una secuela. Podrá ser casi “lo mismo” que su contraparte, pero esta Lilo & Stitch (2025) varía lo suficiente como para sentirse refrescante, divertida, emotiva y –más que nada– no se olvida de que “‘ohana” sigue significando “familia”. Ya con eso, se posiciona como uno de los pocos “live-action” de Disney que dan ganas de volver a ver.