Agosto, el último mes del verano cinematográfico, de verdad que trae algo para todos los gustos tanto en cines como en casa.
Desde una secuela de un éxito de “pandemia”, secuelas de legado a comedias muy queridas por los Gen X y los Millenials, una de las propuestas de horror más esperadas del año, el reestreno de la película animada más taquillera de la historia, la nueva película del aclamado director Ron Howard, el back-to-back de Bad Bunny en Hollywood bajo la dirección del auteur Darren Aronofsky, hasta un corillo de septuagenarios resolviendo crímenes… Casi na’.
¿Qué tal estuvieron? Aquí mis reacciones de lo que tuve la oportunidad de ver:
The Naked Gun
2025 | Dir. Akiva Schaffer | PG-13 | 85 mins. | Paramount Pictures
¡La estupidez regresó a casa!
No sé en qué momento fue que empezaron a darles de codo a las comedias como si no fueran dignas de una sala de cine. Hoy día, la mayoría de las producciones de este género han sido relegadas a las plataformas de ‘streaming’, como si reírse en público fuese algo indigno de estos tiempos. Por ende, que Paramount Pictures se haya tirado con to’ y trajera de vuelta la estupidez a la gran pantalla fue una movida bien jugada; y que lo haga con una de las franquicias más idiotas y graciosas de los 80 y 90, aún mejor.
Me place decirles que la nueva Naked Gun (2025), tal y como sus predecesoras, son 80 y pico de minutos de chistes que garantizan que te rías tanto “de” la película como “con” la película. Liam Neeson (Taken) como “Frank Drebin Jr.”, aunque no me crean, es uno de los mejores aciertos. No los culpo si de primera instancia no lo visualizan como “gracioso”, pero una vez el man empieza a tirar punchlines y a realizar pendejaces con la misma “seriedad” que en sus cuchucientas películas de acción, logra evocar el espíritu irreverente que la leyenda Leslie Nielsen (RIP) trajo al juego con las anteriores.
El director Akiva Schaffer (Popstar: Never Stop Never Stopping) junto al corillo de escritores detrás de esta versión tienen claro lo que hizo que la trilogía original sea tan querida y recordada. Por eso, no optan por reinventar la fórmula; sólo le dan update al concepto y crean, ante mis ojos, una secuela de legado digna de su título.
De verdad que no tenía en mi cartón de bingo pasar un buen rato riéndome solo (pero acompañado) de una “buena poLquería” como The Naked Gun. Así que, dale pa’l cine a verla, baby, que necesito que esto garantice el comeback de las comedias en la cartelera.
Freakier Friday
2025 | Dir. Nisha Ganatra | PG | 111 mins. | Walt Disney Pictures
Otro divertido viernes al garete.
Hablando claro, Freakier Friday (2025) no debería funcionar. No en vano dicen por ahí que es bien poco probable que un rayo caiga dos veces en el mismo lugar, pero la directora Nisha Ganatra halló cómo hacerlo posible: recicló la fórmula, alteró la dinámica, le agregó la dosis adecuada de nostalgia y entendió totalmente lo que hizo que la primera fuese tan querida y memorable.
El mayor acierto que hay que acreditarle a Freakier Friday es traer de vuelta a las estrellas originales y cómo su compromiso con el material es palpable. Lindsay Lohan (Mean Girls) y Jamie Lee Curtis (Halloween) son una combi’ ganadora y Freakier Friday lo aprovecha al máximo; extendiendo su tiempo en pantalla juntas (en comparación con la original) y permitiéndoles ser totalmente graciosas (y emotivas cuando les toca).
El cruce intergeneracional de esta segunda vuelta les permite vacilarse sus interpretaciones como chamaquitas Gen-Z sin caer en el cringe, lo que hace que su talento natural pa’ la comedia quede más que evidenciado (sobre todo Curtis). Por otro lado, las jóvenes actrices a quienes les toca “hacer” de adultas, Julia Butters y Sophia Hammons, también se destacan adecuadamente en el meollo de la trama y sus intercambios.
Personalmente, creo que la primera es una de las comedias familiares más recordadas por los millenials no tan sólo por su premisa y las interpretaciones, sino porque fue parte formativa de quienes crecimos con el powerhouse de Disney en aquel entonces y encapsula a la perfección la vibra de los 2000. Por eso, en estos tiempos donde nada está “a salvo” y todo puede convertirse en una franquicia, resulta refrescante que una secuela de legado como esta no se sienta como una mera excusa pa’ explotar la nostalgia y que, genuinamente, haya encontrado la manera de tener razones pa’ existir.
Si te gustó Freaky Friday (2003), Freakier Friday te gustará igual y más que nada, te hará revivir por qué estos viernes al garete son muy buenas alternativas de diversión sanana para todas las edades. No me esperaba que me fuese a gustar “de verdad” y que la recomendaría.
Qué duro que Lindsey haya “regresado a casa”, qué bendición que aún Curtis tenga salud y pueda seguir payaseando en pantalla y qué bueno que Freakier Friday haya estrenado en cines y no en Disney+.
¡Todos ganamos!
Weapons
2025 | Dir. Zach Cregger | R | 128 mins. | New Line Cinema / Warner Bros. Pictures
Nosotros mismos somos las “armas”.
"Anoche, a las 2:17 am, todos los niños de la clase de la Sra. Gandy se despertaron, se levantaron de la cama, bajaron las escaleras, abrieron la puerta principal, caminaron hacia la oscuridad... Y nunca regresaron."
Con esta estupenda premisa es que Weapons (2025), la nueva propuesta de horror del director Zach Cregger (Barbarian), arranca y no la deja caer.
¿Dónde están estos niños?, ¿Quién, o qué, los hizo correr flow “Naruto” en medio de la noche? ¿Qué fue lo que les pasó? Esas, y otras tantas preguntas más, son las que nos corren por la mente una vez el prólogo finaliza. Después de eso, la trama avanza al son de una narrativa no-lineal contada desde diferentes perspectivas, contribuyendo a que la intriga nos domine y no nos permita despegar los ojos de la pantalla.
Además de sus logros técnicos y estructurales, la mayor fortaleza de Weapons es que nos invita a escoger qué “lectura” le queremos dar aunque no le sea requerido “explicarse”. Una vez revelado el misterio principal, la película funciona perfectamente como una macabra fábula contemporánea con un final que induce “risas”, pero que no deja de ser espantoso. De igual forma, si te da con buscar la relación de su título con la historia, te puedes topar con un ingenioso comentario sobre lo fracturados que están los adultos –individual y socialmente– y cómo sus problemas por atender “apuntan” hacia los más pequeños que tienen a su cuidado, convirtiéndose así en “armas” que les hacen daño.
Aunque el trauma de una inexplicable desaparición masiva los “una” en comunidad, de manera personal, los adultos en Weapons son fracasos andantes que van entorpeciendo el esclarecimiento del asunto. Esto hace que, a su vez, vuelvan a fungir como “armas” que “apuntan” hacia su propio egoísmo y no a combatir por quienes realmente los necesitan; resultando en que los niños también se conviertan en “armas” y se “disparen” a luchar contra el mal que los adultos no pudieron enfrentar. Y si sigo, no acabo.
Aparte de ser original, sumamente entretenida, totalmente efectiva y estar súper bien actuada y realizada, –entre lo literal, lo alegórico y una que otra reacción cómica– Weapons sobresale con creces porque incita a una interpretación dual. Lo mismo es un trágico “cuento de hadas” en donde los chamaquitos se “arman” y “ganan” a expensas de un trastorno de por vida o un sutil “recordatorio” sobre el deterioro de un grupo poblacional que se jacta de buscar culpables externos y no se “arma” de valor para confrontar sus demonios una vez la maldad acecha.
Al final del día, nosotros como espectadores, somos las “armas” que elegimos qué película vimos en Weapons y en mi caso, fue una MEMORABLE.





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